
Con la incorporación de nuevas tecnologías, como sistemas de diagnóstico por OBD y herramientas digitales de gestión de averías, los talleres han evolucionado hacia un modelo más técnico y especializado. Esto no solo mejora la precisión de las intervenciones, sino que también reduce los tiempos de reparación y aumenta la satisfacción del cliente.
Además, el auge de los vehículos híbridos y eléctricos ha impulsado la necesidad de formación continua entre los profesionales del sector, obligando a muchos talleres a renovar equipos y capacitar a sus técnicos en nuevas disciplinas.